La región del Carare está ubicada en los Santanderes, en un enclave que fue fundamental para la aparición de bosques madereros y en una zona de tránsito entre la provincia del Catatumbo y el suroriente del país. Durante el período de la Nueva Granada, la zona se denominó la “isla del Carare” por cuenta de las dificultades naturales y topográficas que hacían ardua la entrada a la región. La región estaba atravesada por el denominado “camino del Carare” con el propósito de fortalecer la intercomunicación regional entre el nororiente y suroriente del país; a su alrededor, se tejieron los principales asentamientos humanos de esta zona: Bolívar y Cimitarra, los municipios más prósperos de la región (Acosta, 1993).