De acuerdo con la crónica del padre Andrés Mesanza, hacia mediados del siglo XVII el Convento San José gozaba de una notoria prosperidad, siendo reconocido como “cabeza o casa madre de los conventillos llamados de la Costa, [con] hermoso convento, muchos frailes del país y europeos, unos cinco P. P. Maestros y otros tantos P. P. Presentados; casa de noviciado y derechos de Estudios Generales” (Mesanza, 1936, p. 357).