El proceso de creación nace inicialmente por el interés de retratar gráficamente personajes de la ciudad de Bogotá, comunes y corrientes, es decir, con vidas, escenarios y rutinas poco espectaculares. Partiendo de esta consigna creativa, surge en 2011 una versión inicial de la historieta: La Jijuemadrona, un relato corto de ficción que narra en dibujos la aparición fantástica de un espanto urbano irreal y a la vez la vida de un día de pago. El nombre de la jijuemadrona viene de la expresión popular juemadre o jijuemadre, que resume: hijo de madre y que se usa frecuentemente en Bogotá para exclamar admiración y sorpresa