Otra vez el terror de la hoja en blanco… Llegada la hora de dar forma a esta avalancha de elaboraciones de otros, de apuntes, subrayados, asteriscos y conectores, se hace necesario empezar a escribir –que es un poco también empezar a hablar–… De tanto que dicen esas páginas que se han acomodado en el escritorio y en las mentes, que terminan silenciadas, acalladas por la fuerza de los sentidos diversos que proponen los autores consultados, solo se rescatan murmullos. Ha llegado la hora de escucharlos por separado, para hacer la composición conjunta… A ver qué sucede.