El 16 de diciembre marca una ruptura en la vida cotidiana de los colombianos. Ese día comienza la cuenta regresiva para la celebración de un año más de la natividad de Cristo. Sin duda alguna, la Novena del Niño Dios es el elemento que caracteriza la fiesta, generalmente su rezo se acompaña de villancicos y se efectúa alrededor de un pesebre que representa el nacimiento del Redentor de la humanidad en el dogma cristiano. Los niños se convierten en los protagonistas de esta festividad, su regocijo se escenifica en las muestras artísticas profundamente tradicionales que se toman las casas, las calles, las iglesias, los teatros y los centros comerciales, entre otros espacios públicos y privados, con el fin de congregar a los grupos familiares en pro de compartir, al menos en términos ideales, un fervoroso sentimiento de cristiandad que en su conjunto constituye una muestra invaluable de variedad cultural.