Las primeras dos décadas del siglo XIX estuvieron marcadas por una serie de conflictos ideológicos y políticos en relación con la dominación española, que dividió a la población criolla en dos bandos: los realistas a favor de la Corona y los patriotas que anhelaban la independencia (política, económica y social). En este contexto, las prácticas religiosas pervivieron dada su capacidad de adaptación y transmisión de los valores morales comunes para toda la sociedad neogranadina que transitó del virreinato a la república. Por esta razón, la Novena para el Aguinaldo continuó su proceso de circulación y difusión como práctica devocional asociada a la celebración navideña en el territorio colombiano, contando con múltiples ediciones durante el siglo XIX.