Después del 11S, cuando las personas piensan en Al Qaeda, Estado Islámico (Daesh), Boko Haram, Ejercito de Mahdy, Hezbollah, Hamas, y otros grupos terroristas nacidos en Oriente Medio, generalmente dirigen su mirada hacia el islam. Así, la religión musulmana ha sido estigmatizada en Occidente, con base en los despropósitos que estos grupos han cometido en nombre del profeta Mahoma. No es admisible que esto ocurra, pero tampoco podemos culpar a los ciudadanos occidentales por tal desviación. Siendo Occidente una civilización judeo-cristiana –cuyos ciudadanos actuales no vieron ni vivieron los desmanes de su propia religión– es normal que hoy vean aterrados lo que se hace en nombre de otra religión.