El conocimiento de los hábitos de consumo de los clientes es un punto clave en los procesos de oferta y demanda, mejoramiento de la competitividad, el aumento de la productividad y, por lo tanto, las ganancias y beneficios de las empresas. Usualmente para conocer, las preferencias de elección de los clientes, se hacen estudios que involucran mediciones del comportamiento de los impulsos eléctricos del cerebro para así mejorar la calidad y la eficiencia de las estrategias a implementar en el mercado.