Toda producción escrita necesariamente se circunscribe en un periodo de tiempo, en un espacio determinado y desde un estado emocional-mental que funge como agente motivador y que influye fácilmente en las palabras que se eligen, así el ejercicio se haga con una finalidad no poética sino académica. Precisamente esta conjunción de elementos se materializan de manera armónica en un momento en el que los académicos y la humanidad en general se preocupan de forma permanente por el sentido de lo humano, por la búsqueda de sentido de la existencia y por recuperar aquellos valores que nos permitan hacerles frente a las situaciones desafiantes que se presentan en los diferentes contextos