Prologar una obra es una labor que siempre me llena de satisfaccion, a la cual acompana un sentimiento de gran responsabilidad. Podria decirse que las breves palabras de apertura de un excelente libro son como esos delicados entremeses que ofrecemos en casa a nuestros invitados antes de que pasen a deleitar exquisitos manjares cuidadosamente elaborados para la ocasion. Debo comenzar por felicitar al lector por la excelente eleccion realizada. No se arrepentira, se lo aseguro. A continuacion quisiera expresar mi mas profundo agradecimiento a su autora, la profesora Natalia Rueda, a quien el destino me unio hace unos anos; uno de esos bonitos regalos que me tenia reservada la vida. La necesidad y la importancia de esta obra para un civilista estan fuera de toda duda. La tematica que en ella se aborda reviste notable interes: la responsabilidad civil en el ejercicio de la parentalidad o, dicho de otro modo, el resarcimiento del dano causado por los padres a sus hijos.