“Jamás podremos hacer, por nuestra parte, algo realmente serio hacia el protestantismo sin antes haber hecho el esfuerzo de comprender verdaderamente a Lutero y hacerle justicia históricamente, en vez de condenarlo simplemente. Estoy dispuesto a dar gozosamente mi vida por esta convicción”7 . La afirmación que hace el padre Congar resulta ser significativa en cuanto que expresa de manera emotiva uno de los pasos fundamentales que hay que dar en la participación del movimiento ecuménico: el encuentro con el otro. Efectivamente, las palabras del teólogo dominico se pueden extender a todas las confesiones cristianas. No se puede hacer nada serio respecto a cualquier comunidad eclesial hasta que no se realice un acercamiento profundo a la manera en la que ella entiende y vive el cristianismo. Es preciso que, antes de buscar soluciones a la desunión, los interlocutores se conozcan entre ellos.