A partir del análisis de la concepción benjaminiana de la historia, se ha visto que este pensador se opone a la idea del progreso porque no permite ver las atrocidades que se han presentado a lo largo del tiempo y que generan una continuidad de sucesos que conducen a una decadencia de la humanidad. En concordancia con lo anterior, propone que es necesario abordar la historia de una manera distinta, de tal forma que se establezca una ruptura con la continuidad de los hechos de imposición del poder que resultan en una cada vez más creciente situación de desastre social. Por eso, Benjamin propone las imágenes de la redención y el mesianismo como posibilidad de detención del curso histórico.