Desde el mismo momento de su hallazgo en 1923, las mercedes concedidas por Dios a Santa Rosa de Lima, contenidas en las “Mercedes” o “Heridas del alma” y en la “Escala espiritual” fueron entendidas y denominadas como “gráficos” o “emblemas”, por su propio descubridor, fray Luis G. Alonso Getino. Todavía veinte años después, él mismo afirmó en su libro haber identificado “dos [papeles viejos] de aspecto cabalístico, plagados de gráficos, elaborados a tijera con fragmentos papiráceos y con telas de distintos tonos, que estaban pegadas al blanco pliego de papel que sirve de fondo a los emblemas” (Alonso, 1943, p. 61; énfasis añadido).