El presente capítulo surge en el contexto de la sinergia de dos grupos de investigación: el que integra el proyecto I+D del gobierno español y el grupo internacional de trabajo MHISTRAD (Misión e Historia de la Traducción) que, desde 2013, se dedica a recuperar para la bibliografía no eclesiástica de las humanidades el polimórfico “escrito misionero” —lexicografías, artes o gramáticas, estudios etnográficos, relatos odepóricos, entre otras— poniendo en valor y destacando la “función (antropológicamente) traductora” del mismo. Asimismo pretende dar visibilidad al misionero como autor de literatura científica: como lingüista, antropólogo y traductor. Las obras del dominico asturiano José Pío Aza han sido buen ejemplo del valor humanístico de este tipo de escritos y de la contribución que estos han hecho al progreso del conocimiento humano y de los comportamientos interculturales1 .