América Latina afronta la situación de pandemia ocasionada por la COVID-19 desprovista de espacios regionales de consenso y cooperación. El fin de un ciclo expansivo de la economía, sumado a una estructura social maltrecha, con necesidades acuciantes irresolutas, no representa el mejor escenario para hacer frente a la situación de alerta sanitaria. El objetivo de este trabajo es reflexionar sobre estos aspectos, alertando de la inexistencia de una arquitectura regional sólida y sus consecuencias. Para ello, se revisan todos los esquemas regionales del continente y se analiza la manera en la cual se han dispuesto espacios multilaterales para la toma conjunta de decisiones. Así, con la excepción del Sistema de Integración Centroamericano y la Organización Panamericana de Salud, apenas es posible encontrar compromisos regionales más allá del intercambio de información o la preocupación por la reactivación económica.