En el marco del declive de las instituciones modernas, el trabajo social se ha visto obligado a repensar entre otros asuntos su identidad profesional, la cual es reducida por las corrientes funcionalistas a un producto en la relación estructura – individuo, y caracterizada por otras como volátil y en permanente crisis. Apelando a la teoría de la sociología de la experiencia, este artículo presenta los resultados de un estudio cualitativo en el que se entrevistó a un grupo de trabajadoras sociales colombianas, con el fin de comprender cómo estas profesionales vivenciaron las experiencias predecesoras y simultáneas a su proceso identitario. Los resultados evidenciaron identidades profesionales robustecidas desde un ejercicio de subjetivación que implicó la administración de variables presentes en sus entornos socializadores y autobiografía para edificarla. El estudio abrió una puerta analítica para pensar un sujeto - profesional moderno que ya no es producto neto de los programas institucionales, sino un actor que resuelve autónoma y subjetivamente su vida y su identidad profesional.