Dentro del desmesurado avance científico muchos coinciden en pensar que las humanidades han perdido significación y concuerdan en que las tecnologías propician la deshumanización y un grave deterioro ambiental (Cárdenas 1). Las sociedades cada vez más tecnológicas se experimentan a menudo más alejadas de lo humano, de la comunicación directa entre las personas y de los significados que promueven las ciencias del espíritu.