“En este libro se describe el desarrollo como psicólogo comunitario de su autor, mostrando las facetas, profesional, investigadora, crítica y reflexiva. La reflexión desemboca en su propuesta marcada por la dimensión afectiva y su rechazo a la consideración meramente técnica de la Psicología Comunitaria. Este posicionamiento de Arango me parece muy importante y creo que es parte del paradigma que se ha ido desarrollando, pluralmente, en América Latina”. “Para alguien que plantea la convivencia como eje fundamental para el quehacer psicológico y lo hace además desde un país dividido por fuerzas destructivas y a la vez unido en la calidad de su gente, debe constituir una confirmación de la oportunidad y de la necesidad de su quehacer. Un quehacer que se afinca en su historia específica y en su historia cultural y que se ha venido construyendo durante casi tres décadas. Maritza Montero. (Sociedad Interamericana de Psicología).