El derecho planteado en términos de intervención es necesario hasta el punto de considerarse, desde el dolor de las víctimas, una opción necesaria y con capacidad para reivindicar los derechos humanos. La reivindicación de derechos humanos es una acción emancipatoria, teniendo en cuenta que la percepción generalizada de un modelo de sociedad se fundamenta en ciertos valores ideológicos que niegan la extensión de los derechos, valores que hemos interiorizado como si fueran verdades (p.e. “lo privado es mejor que lo público”, “el estado funciona peor que las empresas”, “el pez grande tiene derecho a comerse el pez pequeño”, “el ser humano es malo por naturaleza; por lo tanto el egoísmo es productivo”, “es mejor pensar en el bienestar propio y no en el bienestar colectivo”, entre otros).