Camina por el lado opuesto de las angustias, desplaza tus pasos un tanto al centro pero mantén el equilibrio, que el lado izquierdo cercano al corazón sepa que hace tu mano derecha de acciones diversas. No te distraigas con mariposas amarillas, ni escuches la última campanada ni el tercer canto de gallos de falsas madrugadas. Los ladrones de destinos acecharán para la primera dentellada cuando te muestren el oropel de las fantasías de mala ley y peores premoniciones de recuerdos vacíos...