A pesar de los grandes logros en los indicadores en el acceso al cuidado prenatal y la atención del parto con personal calificado en Latinoamérica, la quinta meta acordada en los objetivos del milenio, (ODM 5) de reducir la mortalidad materna en un 75% para el año 2015 no se hizo realidad. En parte, esto puede explicarse porque los logros en cobertura no se traducen en una atención obstétrica segura y de calidad. La Morbilidad Materna Extrema (MME) definida como una complicación grave que ocurre durante el embarazo, parto y puerperio que pone en riesgo la vida de la mujer, es un evento anticipatorio a la muerte. Su vigilancia permite la identificación de acciones que evitan la muerte materna y por lo tanto es reconocida como un trazador de calidad; Colombia con el establecimiento de la vigilancia de la morbilidad materna extrema (MME) a nivel nacional tiene la oportunidad de constituirse en un país modelo de cómo mejorar la atención obstétrica. Esto implica mejorar las competencias de los recursos humanos en el análisis de los casos, en la adecuada interpretación de los indicadores que se generan a partir de su vigilancia y en la elaboración e implementación de planes de mejora acordes a las necesidades de las instituciones involucradas en la atención obstétrica, centrado en la calidad y la seguridad de la atención.