Son 100 años de historia los que ha evidenciado el país entero al mirar al cielo. Cien años de evolución y desarrollo en los que la Fuerza Aérea Colombiana ha sido inventor de grandes gestas, hazañas éstas que sólo cumplen el único fin de salvaguardar el espacio aéreo colombiano. Sin embargo, tal centenario debe ser visto a través de un foco que permita vislumbrar la completitud y complejidad de la Fuerza a partir de aquéllos grandes hitos que realmente abran la puerta al universo del conocimiento de la misma. Es así que factores tales como el desarrollo tecnológico, la generación de nuevo conocimiento, la versatilidad y flexibilidad presentes en la aplicación del poder aéreo, y la profesionalización y constante formación del personal militar y no uniformado, son algunos de los factores preponderantes para que la Institución Castrense aquí reseñada pueda cumplir con su deber constitucional.
 Para tal fin, el presente artículo cuenta con tres secciones en las que se pretenden analizar, someramente, tanto desde la génesis de la Institución como hasta sus tiempos actuales. Dos son los conjuntos de estructuras de desarrollo temporal que han marcado los cien años de la Fuerza, siendo tales dinámicas las que caracterizan los tres acápites de esta reflexión: en un principio, la mencionada entidad castrense se vio advocada a procesos de profesionalización y constante formación de su personal militar y no uniformado para enfrentar múltiples amenazas trasnacionales. Como segundo estadio, tal poder militar aéreo empezó a desarrollar conocimiento novedoso que le ha permitido ampliar sus capacidades institucionales en cuanto a versatilidad y flexibilidad se refiere. Lo anterior, ha tenido gran impacto a nivel internacional en la medida que dichos conglomerados, aún hoy vigentes, han coadyuvado para que esta entidad castrense trascienda las variadas fronteras nacionales; esta aludida labor ha tenido como objetivo el transformar y afianzar sus diferentes formas de relación intersubjetiva, lo cual ha permitido que este organismo del Estado pueda apoyar tanto a distintas naciones del mundo de manera humanitaria como a la investigación científica a la par.