Desde la década de 1940 está claro que la "salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no una mera ausencia de enfermedad". Así, se ha ido avanzando en el concepto de salud integral, el cual abarca aspectos físicos, mentales, emocionales, espirituales, sociales y ambientales. A efectos del análisis de la salud integral en las prisiones latinoamericanas, y en especial en la reclusión de mujeres del Complejo Carcelario y Penitenciario de Jamundí (Cojam), se observan los factores de: alimentación, higiene, descanso, deporte, educación, distracción, visitas y comunicaciones con el exterior, drogodependencias, prevención suicidio y autolesiones, atención médica, violencias, hacinamiento, y se analizan a la luz de las Reglas Mínimas de Naciones Unidas para el Tratamiento de Reclusos (1955, 2015), más conocidas como Reglas Nelson Mandela, y aquellas para las reclusas (2011), más conocidas como Reglas de Bangkok, para luego proponer medidas de emergencia.