La economia y la psicologia, al igual que la geografia y otras ciencias sociales, suelen fundamentar su metodo analitico en una serie de supuestos sobre el comportamiento humano. Sin embargo, a finales del siglo XVIII dichas ciencias reclamaron su autonomia, haciendo que la especializacion por separado de las mismas llevara a una notable divergencia de sus principales supuestos acerca de un mismo fenomeno, a saber, la conducta humana.