El tejido aquí presentado surge de reconocer en la raíz mestiza que hila nuestros linajes como pueblo americano/colombiano, el fundamento telúrico y originario indígena que habita en ella como posibilidad de curación. Así, la tarea de caminar por años el territorio indígena colombiano, sus mitos, tradiciones y rituales ha permitido la comprensión de un hombre sembrado espiritualmente en la tierra, en su matriz gestante, en la Hytcha Guaia. Como ejercicio de puente y debate cosmogónico, místico, epistemológico, filosófico y psíquico, la pretensión es la de volver al saber de abuelos y abuelas, a trascender las miradas lineales, homogéneas y fraccionadas de la academia, la realidad y la salud. Un camino de recuerdo por el saber del Padre y la Madre espiritual y originaria, que en su sentido profundo, transformador y corazonante acerque al hombre a ser gente.