Este artículo examina dos de las obras históricas de Shakespeare: Richard II y Henry V. Argumenta que Shakespeare intenta contrarrestar la opinión de que la ley es un conjunto de principios relativamente estables que pueden verse persistiendo indistintamente en tiempos turbulentos y pacíficos, y desarrolla este argumento en tres secciones temáticas. Analiza los conceptos de ley y justicia, así como la relación entre el poder y las divisiones políticas entre los principios legales o constitucionales arraigados, por un lado, y la política popular, por el otro, y demuestra cómo su interacción refleja la inestabilidad relativa de cualquier sistema político y jurídico.