El famoso adagio “Los hombres pasan, las ideas quedan” aplica perfectamente para definir el perfil iusfilosófico del abogado, profesor de Derecho y magistrado de la Corte Constitucional: CIRO ANGARITA BARÓN. El hombre que integró la primerísima generación[1]de la Corte Constitucional para sentar las bases más firmes de todo el edificio constitucional en Colombia que ya supera los veinte años. Su paso por la Corte Constitucional fue fugaz y decisivo.[1] La Asamblea Nacional Constituyente estableció que un plazo no superior a cinco días de promulgada la Constitución, ya debería estar integrada la nueva Corte Constitucional. Mientras se reglamentaba legalmente todo su funcionamiento se dispuso que se integraría por siete magistrados, ninguno de ellos delegatario de la Asamblea. Estos siete integrantes tuvieron su origen así: dos integrantes designados por el Presidente de la República; un integrante designado por el Consejo de Estado; un integrante designado por la Corte Suprema de Justicia; un integrante designado por el Procurador General de la Nación; y los otros magistrados serían elegidos por los cinco designados.