Al iniciar mi trabajo como director ejecutivo de la entonces Corpoica, en noviembre de 2010, encontré en Adriana Gómez Badel, coautora de este libro, y en Ariel Hurtado Rodríguez —con quienes habíamos enfrentado otros retos en años anteriores—, un apoyo fundamental. En aquel momento era claro que la ruta de Corpoica a AGROSAVIA implicaría un enorme desafío profesional, pero no era fácil dimensionar la baja probabilidad de que fuéramos exitosos ante las enormes barreras que encontramos. Sin embargo, gracias a un grupo humano maravilloso que pasó de la frustración y el desgano al orgullo y al compromiso, a un Estado que fue entendiendo nuestra evolución y por ello nuestra importancia, a una junta directiva comprometida y a un sector agropecuario que anhelaba nuestro apoyo, conseguimos crear una institución maravillosa. Este libro recoge la historia de los últimos ocho años de la Corporación, en sus distintas etapas y momentos. Lo escribimos porque las experiencias de estos años tienen indudables valores académicos e históricos para un país que necesita ejemplos de cambios positivos en las instituciones del Estado; demuestra, entre otras, que estrategias basadas en componentes tan sencillos como generar confianza, despolitizar, construir de manera colectiva, no gastar mucho tiempo en el espejo retrovisor y creer en el poder de las redes para avanzar y crear valor, pueden generar cambios trascendentales. El agro colombiano enfrenta retos y oportunidades significativos que hacen imprescindible el concurso de la ciencia, la tecnología y la innovación. No me cabe duda de que AGROSAVIA sabrá plantarse ante los retos y aprovechar las oportunidades.