Entre las diferentes tipologías, la vivienda constituye el tipo constante a lo largo de la historia. En tal condición, es el más acertado para abordar el análisis de cómo llegan los modelos centrales a la realidad argentina en un incipiente movimiento moderno durante la primera parte del siglo XX. El epicentro receptor de esas nuevas ideas es Buenos Aires y como adherente principal a las respuestas universales, es a la vez el emisor de tales respuestas a provincias como Córdoba, Tucumán y Rosario, las cuales buscan desde el interior de las regiones la propia arquitectura entre posturas particulares y exógenas. Con el propósito de reflexionar acerca de las distintas miradas a ese movimiento moderno transculturado, en el presente artículo se recurre a casos de estudios concretos en los que cada exponente busca dotar de identidad a las propuestas formales mediante la comprensión del espíritu del lugar y del tiempo, para generar así soluciones singulares en el territorio argentino.