Vivimos de imagenes, vivimos entre las imagenes, somos imagenes… ?Tiene sentido, entonces, hablar en contra de ellas? La tentacion es fuerte, en especial, porque es abrumadora la sensacion que experimentamos cotidianamente como victimas del asedio al que estamos sometidos. Para el arquitecto, este asedio es generado no solo por los paisajes metropolitanos contemporaneos, sino tambien por el flujo ininterrumpido de imagenes de obras, proyectos, ideas y discursos de arquitectura que atraviesa la red, ademas de la publicidad cada vez mas pobre de informacion y elaboracion critica y tan saturada de imagenes sin analisis y evaluacion. Esto ha hecho indispensable, asi, la necesidad de aislarlas para alcanzar la posibilidad de pensar en las nuevas formas de habitar los espacios.