A través de la interpretación del poema de Jorge Luís Borges, Para una versión del I Ching, es posible allanar el camino hacia la comprensión de la sabiduría oriental. Consideramos que los símbolos y las metáforas del poema, no son solo un sustituto estético de la realidad en el orden del simulacro, sino que a través de ellas se revela la paradójica coincidencia de los contrarios –complexio oppositorum- así como las concepciones ambiguas del tiempo, que determinan el carácter sagrado de la sabiduría china. De este modo, el poeta se revela como un demiurgo de las formas gramaticales; y su obra se constituye en testimonio de la hierofanía.