La ciudadanía es el horizonte del habitar en comunidad para efectos de la convivencia. Es ser miembro activo de una comunidad política. Es el conjunto de relaciones que pactamos para que nuestro habitar ciudadano sea ordenado, armonioso como unidad en la contrariedad en medio de nuestras prácticas sociales siempre finitas e históricas y tocadas de contingencia. Es el significado de los mitos de caída en todas las culturas: somos finitos, lábiles y por ello tenemos la capacidad de hacer el mal. De ahí los intereses diversos y plurales que pueden llevar al desorden y al caos, no a regular, sin aniquilar, la contrariedad como parte de nuestra condición finita. Es que todos manejamos diversas formas de vida y normativas diferentes en cada contexto urbano.