Capítulo 4 Renacimiento: El soldado se reconstruyeEl 13 de agosto de 2012, una de las noticias más destacadas del día fue un artículo que apareció en El Tiempo, en su contraportada, con un título provocativo: "La historia del veterano de guerra que fue rescatado de un basurero".El texto de la periodista Sally Palomino Carreño relata cómo la Policía encontró en Soacha, al sur de Bogotá, en condiciones deplorables, al ex combatiente Hernando Piñeros, quien luego fue asistido por los miembros de la Asociación Colombiana de Veteranos de la Guerra de Corea (Ascove). 1Piñeros participó como cabo primero en la guerra y fue instructor de sanidad del tercer pelotón, aquel que combatió en Old Baldy.En este artículo se aprecia la disputa que tienen en la actualidad los excombatientes de rangos bajos con el Estado colombiano por reconocimiento y recompensas después de la guerra.En el capítulo I vimos cómo García Márquez relató el incumplimiento de esas promesas.Sesenta años después la disputa se ha agudizado.Esto afecta la forma como se recuerdan hoy los combatientes y la manera en que narran la historia.En este capítulo veremos cómo los soldados se han representado 1 El Tiempo, 13 de agosto del 2012.160 reinventar un héroe a sí mismos después de la guerra y cómo esta construcción refleja una dimensión diferente de la organización militar, no tan rígida y jerárquica, donde los individuos tienen agencia y control de ciertas situaciones más allá del esquema orgánico del Ejército narrado por oficiales y la mayoría de la historiografía académica.Los soldados dejaron de ser objetos de la historia y se convirtieron en sujetos de esta.En los textos del Ejército y las memorias de los oficiales, el soldado ha aparecido mediado según los intereses de quien narra.Después de la guerra, se escucharon algunas voces de los soldados en diferentes publicaciones.En la Revista Militar, en 1957, aparece el relato del soldado Gabriel Londoño acerca de la toma del Cerro 400, el 21 de junio de 1952.Esta operación se conoció bajo el nombre de "Climber", y consistió en un ataque a un puesto de avanzada del enemigo, más allá de la línea de combate, es decir, dentro del territorio de Corea del Norte.Esta batalla es recordada porque los militares estadounidenses, ante la forma de combate de las tropas colombianas, decían "They are crazy!".