En este artículo resumo el proceso de mi trabajo de grado como antropóloga, en el cual analizo la coexistencia y relación entre distintas identidades en la isla de San Andrés. Mediante una incursión etnográfica en la isla, hago una interpretación de las formas como las personas que viven en ella incorporan de distinto modo el concepto de identidad, de base ética. Propongo que en las relaciones corporales, continuas y dinámicas que se dan entre las personas y que posibilitan la vida –denominadas aquí relaciones vitales– se establecen lazos de respeto, confianza y amistad que, a su vez, permiten la coexistencia de diferentes identidades en la isla, coexistencia que igualmente puede identificarse, junto con los habitantes de la isla, como una unidad heterogénea.