Este artículo se propone responder a la pregunta por la función sustantiva de la auditoría externa, como mecanismo de fiscalización o control externo de la administración social. En este contexto se ofrece evidencia normativa e histórica que demuestra que la auditoría externa es un instrumento de control o fiscalización sustantiva de la administración social, ejercitado por entidades privadas independientes (las EAE); y también un proceso de verificación de conformidad formal de los registros contables con estándares generalmente aceptados. La auditoría externa se introdujo históricamente para prevenir y controlar fraudes y malas prácticas en las bolsas de valores, para proteger el interés de los accionistas, del mercado relevante, y el correcto flujo de información desde y hacia la entidad auditada. La auditoría externa incluiría, por tanto, como elemento inherente a ella, la obligación profesional de detectar y revelar fraudes o engaños, imposibles de ocultar en un proceso de auditoría.