Este artículo, a partir de la experiencia de Santiago de Guatemala, estudia el origen, trayectoria y finalidad de las casas de doncellas y las cárceles de recogidas durante el período colonial. Muestra que las autoridades coloniales, a través de estas instituciones, no sólo alejaron a las mujeres del objeto de su “pecado” o las privaron de su libertad, sino que también las sometieron a un proceso de disciplinamiento. Dispusieron de sus cuerpos y se controlaron sus actividades, obligándoles a asumir los valores que se consideraban normales dentro del orden colonial y a desempeñar ciertas ocupaciones que de manera natural se catalogaban como propias de las mujeres.