Nicolás de Cusa elabora la doctrina del espíritu humano como una Metafísica de la Subjetividad. El Cusano muestra que el ser de la mente es su propia operación y su propio despliegue se constituye en forma o entidad del mundo conjetural. El despliegue de cada mente en un mundo simbólico tiene un carácter singular e irreductible. Para desarrollar esta doctrina que preanuncia la modernidad, el Cusano atiende a la relación entre unidad y número procedente de la tradición platónico-pitagórica.