RESUMENEn el presente artículo se describe cómo a partir de la llegada de los españoles al continente americano se perdieron todas las prácticas judiciales y jurisdiccionales que existían en el territorio descubierto.El ánimo expansionista y comercial hizo que los españoles desconocieran a los nativos como personas y mostraran poco interés en conocer su cultura, tradición y prácticas ancestrales, su cosmovisión y su propia historia.La conformación de los órganos judiciales indianos, anteriores a la llegada de los ibéricos, la forma de administración de justicia y la manera de dirimir los conflictos son desconocidas en nuestro tiempo, ya que las entidades impuestas por la monarquía española no solo contribuyeron al genocidio indígena de América del Sur, https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/Explorando el origen de nuestros ancestros: el nacimiento del pueblo nasa: la historia de un genocidio 182 Revista Republicana Núm. 24, enero-junio de 2018 sino a sepultar en el olvido la forma como estos pueblos resolvían sus diferencias.La pérdida de la figura del cacique como máxima autoridad terrenal y espiritual, así como la lucha de los pueblos aborígenes, en especial el pueblo nasa, en la búsqueda de su autodeterminación y autonomía, son claros ejemplos de este genocidio jurídico.Finalmente, el producto de las constantes luchas sociales abanderadas por algunos pueblos indígenas se materializó en la Constitución de 1991, norma que bajo el amparo de algunos tratados internacionales y las interpretaciones de la Corte Constitucional, y en especial las decisiones adoptadas por la primera Corte, da relevancia a la justicia indígena basada en la idea de autonomía, la autodeterminación y el respeto por su cosmovisión.De esta manera se inicia el proceso de reivindicación de la cultura de los pueblos ancestrales, a partir de considerar la justicia indígena como una forma de justicia especial.