El advenimiento de las terapias biológicas para el manejo de múltiples enfermedades ha estado asociado con la reactivación o susceptibilidad a ciertas entidades infecciosas durante el uso de estas. El estudio de la fisiopatología del asma ha permitido llegar al reconocimiento de los diferentes mecanismos distintivos de esta enfermedad, facilitando así el desarrollo de terapias personalizadas que apunten al proceso sistémico subyacente de la enfermedad y resulten en un mayor beneficio para el paciente. Hasta el momento, estas terapias han demostrado un gran impacto en la mejoría de los síntomas y la calidad de vida de los pacientes; sin embargo, se empieza a evidenciar que, con su uso, algunos pacientes presentan con frecuencia enfermedades de origen infeccioso, como las infecciones respiratorias de origen viral, y susceptibilidad a parasitosis, como las más relevantes, de acuerdo con el mecanismo de acción de la terapia biológica empleada en el asma. En esta revisión narrativa de la literatura, se describen los hallazgos más recientes encontrados sobre el perfil de seguridad infecciosa en el uso de omalizumab y mepolizumab, como terapia biológica con mayor estudio para el manejo del asma severo refractario, con el fin de dar a conocer los riesgos infecciosos de estas moléculas y generar algunas recomendaciones para la prevención y el manejo de estas en nuestro contexto latinoamericano.