Este artículo analiza la configuración del paisaje metropolitano de Bogotá desde el incremento de altura en los procesos de reedificación y reurbanización. El primero, como desarrollo predio a predio que no actualiza la infraestructura, y el segundo, como el que debe hacerlo a partir de un proyecto urbano. A partir de interpretar cartografías, fotografías e información de archivo de diferentes épocas, se identificó dónde y cuándo surgieron los edificios con más de doce pisos, que se correlacionaron con los cambios políticos, económicos, culturales, de las normas del ordenamiento territorial y de las formas de ver y actuar de la arquitectura local y global. Este proceso muestra cómo el crecimiento vertical representó oportunidades para compactar la ciudad, pero también para concentrar el poder económico, la dinámica inmobiliaria, el incremento del valor del suelo y las innovaciones tecnológicas y diseño por parte de prestigiosas firmas de arquitectos. La mayor transformación paisajística se produjo por reedificación, en desequilibrio con respecto al deterioro físico y social acumulado que requiere la reurbanización. Mientras que la reedificación modifica barrios enteros, relativamente recientes y mejor cualificadas urbanísticamente, los focos de indigencia y degradación física se acumularon, pidiendo con urgencia una reurbanización, al parecer, poco atractiva para inversionistas.