El presente texto reflexiona sobre parte del pensamiento desarrollado en nuestra tesis doctoral titulada "Educación artística y patrimonial para la percepción, comprensión y reflexión del colectivo sordo en el ámbito museal", en la que se presenta a los museos como espacios idóneos para el trabajo con diferentes capacidades. Éstos, contienen y se configuran a través de varios ingredientes capaces de incidir en algunas de las carencias que, colectivos como el sordo, presentan: Arte, Educación no formal, Patrimonio y Educación Patrimonial constituyen cuatro pilares que consideramos clave para el trabajo con el colectivo sordo. El arte entendido como instrumento mental capaz de potenciar y ampliar las capacidades humanas; La educación no formal como vía para alcanzar cotas que la educación formal tiene vetadas; Patrimonio como contenido museístico capaz de vincular experiencias, personas y culturas; y Educación Patrimonial como foco educativo capaz de aunar cuanto el museo ofrece y las necesidades del colectivo sordo. La visión del museo desde la óptica educativa, entendiéndolo desde una museología social cuyo servicio a la sociedad se convierte en obligación, permite ofrecer una reflexión sobre sus posibilidades respecto al colectivo sordo.