El presente trabajo plantea que la participación de Estados Unidos en el actual proceso de construcción de paz, le da continuidad a la política de intervención de Washington en el conflicto armado colombiano desarrollada desde finales de los años noventa. En virtud de ello, la potencia del norte sigue teniendo una influencia directa en asuntos que conciernen tanto al establecimiento de las condiciones necesarias, como a la orientación del proceso mismo de posconflicto en el país.