<p>Se presentan los enfoques y crítica del encuentro de la teología y las modernas neurociencias, y se insiste en la necesidad de un diálogo auténtico entre la revelación en teología y lo que las neurociencias revelan en su propio discurso. El trabajo aporta una clave de interpretación, la revelación se da en la autonomía del mundo y afecta lo constitutivo de la teología, hasta el punto de exigir un giro en la pregunta por la fuente de la revelación: pasar de un modelo de trascendenciainmanencia, a un modelo de monismo relativo, donde la red neural humana se hace fuente constitutiva de la Palabra de Dios.</p>