La importancia de la Diplomacia se remonta a tiempos pretéritos, donde la necesidad de crear alianzas para zanjar las diferencias culturales, sociales, políticas y militares, cuando surgían las discordias entre las tribus, los señores feudales, hasta la conformación de los estados nacionales, remediando con ello las luchas a partir de la conformación de acuerdos, treguas y arreglos que tomaron el nombre de pactos.Dentro de esta realidad política internacional, la Gran Colombia desde su misma conformación buscó, como las demás naciones nacientes de América, el vivo interés de crear condiciones diplomáticas para defender en principio su legitimidad ante las demás naciones del orbe, y en segundo lugar, como estrategia política para mantener su independencia de las cortes imperialistas y en suma, fortalecerse a nivel internacional como Estado nación libre e independiente de cualquier otra potencia, azuzado por tres siglos de dominación de la metrópoli, que al dejar un VélCÍO en el poder, permitió la gestación de pequeños reinos derivados de su estructura política-administrativa de la Colonia, de allí la importancia de conocer y estudiar desde la diplomacia su interacción como Estado libre y la influencia de la Nueva Granada en el resto del Continente. El presente artículo es derivado de un proceso de investigación en el campo de la hermenéutica histórica, método que busca explicar los nuevos fenómenos de la historiografía, a partir de fuentes primarias y de archivos que permiten reconstruir y comprender nuestra historia política contemporánea.