El presente artículo busca mostrar la importancia de la integración de los saberes disciplinario y pedagógico en uno de los mecanismos de la práctica docente y al cual se le ha dado poca importancia en la propia práctica de la universidad: la evaluación. Se hace una reflexión discursiva desde la óptica del discente, ilustrando con casos de la realidad del programa de lengua castellana.