ResumenLa popularización del antihéroe va anudada a la necesidad dramática y narrativa de la serialidad: la constante dicotomía entre esfera familiar y profesional, entre acciones nobles y mezquinas, entre deber y querer, permite hacer avanzar la trama, generar suspenso y renovar los conflictos, lo que hace que el relato se dilate decenas de horas.Vic Mackey (The Shield), Dexter Morgan (Dexter) o Nucky Thompson (Boardwalk Empire) podrían servir de ejemplo antiheroico.Pero, sin duda, los dos casos más radicales y complejos son los protagonistas de Los Soprano (Tony Soprano) y Breaking Bad