Este escrito es un intento por pensar la educación no en términos de la enseñanza y la formación, las prácticas y disposiciones históricamente determinables, sino en términos de la relación Substancia-atributo, es decir, pensar la educación como un atributo esencial de la cultura, más relacionado con la tendencia de la cultura a afirmarse como proyecto vital de una comunidad o sociedad determinada, en cuya afirmación tiene la educación un papel esencial.