EL RETORNO DE UN TEMALa desigualdad ha vuelto a ser objeto central del análisis económico. La afirmación de Lucas (2004), según la cual la atención a las cuestiones distributivas sería venenosa para la profesión, ya no refleja el sentimiento dominante. El éxito de Stiglitz (2012), Atkinson (2015), Milanovic (2016) y, por supuesto, Piketty (2014), supone dos consideraciones importantes. En primer lugar, el estudio de la desigualdad no solo se ha vuelto una preocupación académica, sino que refleja un sentimiento común: la mala distribución conlleva consecuencias negativas sobre la sociedad (Salverda et al., 2014; Wilkinson y Pikett, 2009). En segundo lugar, un determinante clave del retorno de interés se debe al esfuerzo de recopilación de datos, sobre el cual Piketty es obviamente un modelo, pero no el único. A escala mundial, buena parte del interés se ha concentrado en los cambios distributivos generados por la globalización, es decir, por el conjunto de reformas institucionales a escala nacional e internacional que caracterizó a las cuatro últimas décadas. Desde 1980, la desigualdad ha crecido en casi todos los países.