Preguntarse por el papel de la pedagogía como saber fundante de la formación del maestro, presupone ya la aceptación de algunos asuntos sumamente discutibles. En primer lugar, se presupone que sabemos qué es aquello que llamamos ‘pedagogía’ o que, al menos, hay algunos consensos sobre ella. Una rápida mirada a las recientes publicaciones en el país prueba que estamos muy lejos de lo que presuponemos, mientras algunos se aferran a la historia, otros se lanzan a conquistar los terrenos de la neurociencia o de la experiencia humana más íntima.