Según las cifras oficiales de la Organización de las Naciones Unidas (onu), Colombia es la segunda nación del planeta con población en situación de desplazamiento forzado. Este fenómeno complejo y de larga data tiene una expresión muy dramática en lo que se refiere a la situación de la niñez indígena y afrodescendiente en los entornos urbanos contemporáneos a los cuales han sido desterradas familias y comunidades de diferentes regiones del país. Este artículo pretende sensibilizar a la comunidad de pedagogos, formadores de docentes e investigadores educativos respecto de los derechos de esta niñez en los sistemas escolares de ciudades como Bogotá. Nos valemos de algunos testimonios que reflejan las difíciles y desiguales circunstancias que enfrentan muchos de ellos y muchas de ellas al interior de la escuela urbana y sus culturas pedagógicas, para resaltar el papel que cumple la escuela en el tratamiento digno de su diferencialidad cultural, lingüística y étnica. Se trata de una reflexión en torno al racismo y a la discriminación que subyacen en un sistema escolar colombiano y sus efectos en la vida niñas y niños.